Codigo Verde: Cadena de buenas prácticas
Sofia Ramirez [email protected] | Viernes 08 julio, 2011

Cadena de buenas prácticas
Una empresa nacional cambia su enfoque para dedicarse a lo ecológico y las prácticas sostenibles

Esto se debe a su nuevo enfoque: antes, dedicados a la venta de souvenirs tradicionales, se dieron cuenta del auge entre los compradores de lo ecológico, así que decidieron no solo ofrecer este tipo de productos, sino también ser un ejemplo de empresa verde.
La empresa utiliza, lo que ellos denominan, el filtro verde, con el cual buscan fomentar la sostenibilidad y crear conciencia entre los proveedores respecto a sus procesos de materia prima, producción, empaque y transporte, para que conforme a sus posibilidades financieras realicen cambios en beneficio de los usuarios, los productos y del ambiente.
“Estamos convencidos de que somos más que una tienda, somos un souvenir museo, quienes nos visitan tienen la oportunidad de aprender, explorar y comprar un souvenir muy diferente, siendo parte de una cadena de buenas prácticas”, expresó Melissa Jiménez, gerente de operaciones de Verdes y Colores.
La tienda se encuentra 200 metros al Norte del Automercado de Alajuela, carretera al Volcán Poás, o puede visitar su sitio web verdesycolores.com.
¿Cómo afecta una camiseta de algodón al ambiente?

La organización de moda sostenible Made By elaboró una clasificación ambiental de tipos de tejidos.
Según el estudio, aparecen como las peores fibras el poliéster y el algodón convencional, justamente las dos fibras más utilizadas en el mundo textil.
En el caso de la camiseta de algodón, son muchos los impactos directos o indirectos, desde la ocupación de tierra para el cultivo de la planta, hasta los agroquímicos empleados, la energía utilizada en su transporte, el uso de tintes y otros químicos y de agua.
Para fabricar una camiseta de algodón de 250 gramos se requieren unos 2.900 litros de agua. Esto se refiere tanto al cultivo del algodón como a los procesos posteriores para la confección.
Además emite gases de efecto invernadero por su uso cotidiano, por la energía utilizada en el lavado y secado de 3,87 kilos de CO2.