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Lamentos y enojo por los contantes aumentos en los precios de los combustibles sin pensamiento analítico fuera de la caja (I)

Roberto Dobles [email protected] | Lunes 07 junio, 2021


1. Pensamiento fuera de la caja

Pensar fuera de la caja o de lo normal o de lo convencional es pensar de manera diferente fuera del paradigma existente y desde una nueva perspectiva.

El pensar fuera de la caja significa pensar de una forma distinta sacudiendo el statu quo y abandonando el pensamiento dentro de los supuestos existentes.

Un artículo titulado ¿Qué significa pensar fuera de la caja y por qué es importante? define este tipo de pensamiento analítico de la siguiente manera:

“Pensar fuera de la caja te obliga a imaginar un campo de acción más grande del marco tradicional en el que te has movido siempre, y que el universo de soluciones es tan amplio como tu capacidad para escapar de una estructura rígida, donde las cosas se hacen de la misma manera, porque sencillamente así se han hecho siempre”.

2. Análisis y “soluciones” dentro de la caja

A raíz de los aumentos consecutivos de este año de los precios de los combustibles, incluyendo el sexto aumento de la semana pasada, la población y el sector productivo han mostrado muchos lamentos y mucho enojo.

Los impactos de estos aumentos son muy grandes y muy diversos ya que los precios nacionales de los derivados de petróleo importados no solamente representan casi las dos terceras partes del consumo energético nacional, sino que también afectan el crecimiento económico, la competitividad nacional (que incide en las exportaciones y la atracción de inversión externa) y los costos de todo el quehacer económico y humano nacional (como los costos del transporte, la alimentación, la vivienda, la industria, la agricultura, el turismo, los servicios, la construcción y el empleo, entre muchos otros).

A pesar de sus enormes impactos, prácticamente todos los análisis y las “soluciones” que se han discutido públicamente por aquellos que opinan sobre el tema lo hacen básicamente dentro del paradigma actual. O sea, dentro de la caja.

Basados en un análisis dentro de la caja (dentro del paradigma actual de importación masiva de derivados de petróleo), las autoridades, y los comentaristas que les hacen eco, señalan frecuentemente que los aumentos en los precios de los combustibles derivados de petróleo son “inevitables” y que es “imposible” reducirlos porque existe una estructura de precios muy rígida que no se puede cambiar.

La composición de la estructura de precios varía según cada combustible y según la evolución en el tiempo de varios factores, como los precios internacionales, la devaluación del colón y la inflación.

La estructura de los precios de los combustibles, que contiene los principales factores que conforman el precio final al consumidor, está compuesta por los siguientes elementos: precio internacional de los combustible (colonizado), el impuesto único a los combustibles, el flete de los camiones cisterna, el margen de las estaciones de servicio, el margen de operación de RECOPE, los subsidios y el canon que se paga a la ARESEP.

Según RECOPE, antes de este sexto aumento consecutivo de los combustibles de la semana pasada, la estructura del precio para la gasolina súper (segundo combustible de mayor consumo) y el diésel (el combustible de mayor consumo) es la siguiente:

i. Gasolina súper

• Costo de importación: 46,4%

• Impuesto único: 36,1%

• Margen de las estaciones de servicio: 7,2%

• Margen de RECOPE: 6,5%

• Fletes de los camiones cisterna: 2,0%

• Subsidios y canon de ARESEP: 1,8%

ii. Diésel

• Costo de importación: 52,9%

• Impuesto único: 25,4%

• Margen de las estaciones de servicio: 8,9%

• Margen de RECOPE: 8,1%

• Fletes de los camiones cisterna: 2,5%

• Subsidios y canon de ARESEP: 2,2%

Entre otras cosas adicionales sobre las razones por las que los aumentos son “inevitables” RECOPE ha señalado lo siguiente:

• “En acatamiento con la que dicta la metodología de ajuste extraordinaria establecida por la Aresep, hoy se presentó el estudio de precios, que incorpora por un lado el comportamiento de los precios internacionales de los hidrocarburos de los últimos 15 días y por otro la subida del dólar, factores que determinan los ajustes de precios que entrarán a regir el próximo mes de junio”.

• “Cabe señalar que la tendencia de los precios en el mercado internacional desde principios de año ha sido hacia el alza y se ha mantenido de manera sostenida, lo cual de nuevo incide en el mercado local de los combustibles”.

Es muy común escuchar también frases como la siguiente “no se puede hacer nada porque Costa Rica es dependiente en un 100% de las importaciones petroleras provenientes del mercado internacional y porque los precios están subiendo en ese mercado”.

Con respecto a los dos principales factores que forman parte de la estructura nacional de los precios de los combustibles derivados de petróleo, que son los que se señalan más a menudo sobre la “inevitabilidad” de los continuos aumentos de combustibles derivados de petróleo, se señala lo siguiente:

• Costos de importación. Se dice que no se puede hacer nada porque éstos dependen de la evolución de los precios en el mercado internacional en dólares y de la devaluación del colón.

• Impuesto único. A pesar de que Costa Rica tiene los impuestos de los combustibles más altos de la región, se dice que éstos no se pueden bajar porque representan un componente muy importante de los ingresos fiscales del Estado y que en esta situación de severa crisis fiscal (impulsada por el exceso de gasto público) es imposible bajar este impuesto. El Ministerio de Hacienda ha venido sosteniendo esta posición, entre muchos otros comentaristas.

Con respecto a los otros factores que forman parte de la estructura de precios de los combustibles (Margen de las estaciones de servicio, Margen de RECOPE, Fletes de los camiones cisterna y Subsidios y canon ARESEP) se señala a menudo que inciden poco en los precios finales y que una rebaja en estos elementos no tendría una reducción significativa en el precio final al consumidor.

En otras palabras, si se sigue el pensamiento analítico dentro del paradigma existente (dentro de la caja), no se puede hacer nada que no sea lamentarse y enojarse.

Ante estos aumentos, existe un coro oficial y de algunos comentaristas que nos tratan de convencer a la población de que los aumentos en los precios nacionales de los combustibles son inevitables e imposibles de contener debido a los aumentos de los precios internacionales del petróleo y de sus derivados y a varios factores nacionales (impuestos, devaluación del colón, etc.).

En otras palabras, se le dice a la población que el país está ante una situación externa y nacional sobre la cual no puede hacer absolutamente nada y que debemos aceptar irremediablemente los aumentos de los precios nacionales de los derivados de petróleo. Y lo peor es que muchos se lo creen.

Lo que las autoridades y los comentaristas afines le ocultan a la población es que sí hay opciones, fuera de la caja, que pueden eliminar la dependencia total que tiene el país de los derivados de petróleo comprados en el mercado internacional y que abastecen casi las dos terceras partes del consumo energético nacional.

También le ocultan a la población que las opciones fuera de la caja le generarían además al país enormes cantidades de recursos fiscales y de divisas que mucha falta nos hacen.

Le ocultan también a la población que estas opciones fuera de la caja han venido siendo obstaculizadas y bloqueadas por el mismo Gobierno como parte de su política económica y energética, la cual está basada en ideologías y dogmas sin sustento científico y técnico.

La realidad muestra igualmente que una parte de los que se lamentan y se enojan por los continuos aumentos en los precios nacionales de los combustibles importados son apáticos e indiferentes a las soluciones fuera de la caja que tiene el país y que inclusive son opositores a esas soluciones, las cuales han sido propuestas por múltiples expertos nacionales e internacionales.

En la siguiente columna se analizarán las opciones potenciales que existen fuera de la caja.

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