Lo que el Papa Francisco nos enseñó sobre marca personal (sin decir una palabra de marketing)
Kike Ramírez [email protected] | Lunes 21 abril, 2025

En la actualidad todos quieren destacar, pocos logran ser realmente inolvidables. Y uno de esos pocos fue el Papa Francisco.
Desde su primer día como líder de la Iglesia Católica, Jorge Mario Bergoglio, hoy conocido por millones como el Papa Francisco, no necesitó una estrategia de marketing tradicional.
Su marca personal se construyó desde el primer momento con algo mucho más profundo: un propósito radical, humano y transformador.
1. El poder de un nombre: propósito que se convierte en mensaje
Cuando eligió llamarse Francisco, no lo hizo por azar.
Eligió ese nombre inspirado en San Francisco de Asís, símbolo de humildad, servicio y conexión con los más necesitados.
Ese fue su primer gran acto de branding emocional.
En branding, el “por qué” lo es todo.
Francisco dejó claro que su papado estaría al servicio de los pobres, los marginados y la justicia social.
Y lo cumplió con coherencia hasta el final.
2. Una narrativa que abraza
Mientras otros líderes hablaban desde el púlpito, él bajaba al nivel del pueblo.
Besaba a los enfermos, dormía en una residencia sencilla, se sentaba al lado de las víctimas.
Su storytelling no tenía un protagonista central: la historia no era él… era la gente.
Esa narrativa simple, emocional y visual convirtió su mensaje en uno de los más potentes del siglo XXI. No por su cargo, sino por su cercanía.
3. Autenticidad como diferenciación
En una institución marcada por la formalidad, la jerarquía y el protocolo, Francisco rompió moldes.
No vestía como los demás.
No hablaba como los demás.
No vivía como los demás.
Ser diferente no fue su ventaja competitiva. Ser auténtico lo fue.
4. Lecciones para emprendedores y líderes
Hoy podemos decir que las personas no compran productos: conectan con personas.
En el mercado actual, no gana quien sabe más, gana quien sabe mostrarse mejor, quien cuenta su historia con honestidad y quien pone al otro en el centro.
Y en eso, el Papa Francisco fue un maestro.
Tres lecciones que puedes aplicar desde hoy:
Define un propósito claro: ¿Por qué haces lo que haces? ¿Qué representas más allá de tu producto o servicio?
Cuenta una historia que conecte: No vendas desde el ego, comunícate desde la empatía. El que logra emocionar, permanece.
Sé auténtico: En un mundo lleno de filtros y perfección, mostrarse humano es tu mayor ventaja.
En conclusión, el Papa Francisco nos enseñó que una marca personal poderosa no necesita protagonismo, necesita coherencia.
No se trata de gritar más fuerte, sino de conectar más profundo.
En la era digital, donde todos luchan por atención, quienes construyen con propósito, humanidad y autenticidad… son los que dejan huella.