100 dias de gobierno, ¿y ahora qué?

Jonathan Prendas Rodríguez

Analista político

Los primeros 100 días de gobierno en cualquier país democrático son caldo de cultivo para tensiones, creatividades y emociones populares, a veces para bien y a veces para mal.

Sin embargo, pasado ese lapso enajenante lo que corresponde es ver qué pasos están dando los actores que tienen un rol importante en el país.

El gobierno debe marcar acciones contundentes para pasar de la expectativa a la realidad, todas las teorías de cómo bajar la gasolina, la canasta básica, la informalidad, el desempleo, la pobreza, la inflación y el tipo de cambio, pues ya hubo tiempo para acomodarse y la cuenta regresiva del periodo cuatrienal avanza muy rápido.

Es hora de que la oposición en la Asamblea Legislativa despierte, no puede seguir en el limbo. Entendamos bien, eso no significa oponerse al gobierno porque solo oponerse, es hacerse sentir como líderes proponiendo proyectos en pro del desarrollo del país, porque sin su correcta actuación se corre el riesgo de perder el equilibrio democrático de pesos y contrapesos.

Los medios de comunicación deben ir más allá de lo tradicional, no es aplaudir o atacar, es formar criterio con hechos no sesgados por la línea editorial ante determinado actor, eso contribuye al bien del país.

Los grupos de presión deben comprender que es tiempo de pensar aún más en el colectivo nacional y menos en la parte que representan, pues de seguir la misma ruta tradicional ni estarán bien ellos, ni estaremos bien todos... El secreto está en el equilibrio para ganar.

Finalmente, el Presidente debería sumar más y friccionar menos, es entendible que ese modelo le genera aplausos, pero no pareciera sostenible en el tiempo sí es que queremos crecer, desarrollarnos y avanzar. Ya demostró que tiene capital para actuar, ahora debe aprovecharlo uniendo a pesar de los golpes que le quieran propinar.

Costa Rica es más que 100 días... Todos tenemos el reto de hacerla mejorar con equilibrios y democracia, si uno de esos actores falla la anarquía, el populismo y el totalitarismo nos pasaran factura.