A golpes de recuerdos
Carmen Juncos [email protected] | Jueves 20 septiembre, 2012
LITERATURA
A golpes de recuerdos
Leopoldo Brizuela, escritor argentino Premio Alfaguara 2012, habla con Magazine sobre su libro y la democracia en Latinoamérica
Un recuerdo desencadena en un escritor la urgente necesidad de contestarse a sí mismo profundos interrogantes.
Lo ocurrido un día durante su niñez, en una casa de la Argentina de 1976, de algún modo se repite en ese mismo lugar, en acontecimientos distintos del presente, pero de connotaciones igualmente inquietantes.
Escribir se vuelve entonces una tabla de salvación que permite rememorar lo mismo, pero descubriendo cada vez cosas distintas, pudiendo avanzar en una toma de conciencia indispensable.
Este es el original camino elegido por Leopoldo Brizuela, joven escritor argentino ganador del Premio Alfaguara de Novela 2012, para contarnos esta historia cargada de misterio, de intimidad, de brutalidad política, de dolor y descubrimiento.
Al preguntarle a Brizuela sobre su visión de la actual América Latina, responde que nos unen grandes similitudes pero que hay también muchas diferencias. Sin embargo, dice, “creo que en muchos países de la región se ha consolidado la democracia, la institucionalidad, como para que ya la gente no permita nunca más la repetición de hechos como los que se narran en esta novela”.
En ella, un niño ha sido testigo de hechos terribles pero, afirma el autor, “lo importante no es lo que el chico ve, sino lo que a partir de ese momento entiende, lo que deduce, para siempre, y cómo cambia su vida”.
Con estilo original no solo por la estructura misma de la novela sino por la forma de narrar, Brizuela plasma en una obra hechos dolorosos que su generación debe “digerir”, entender y superar al mismo tiempo que entretiene al lector mediante un thriller escalofriante que estremece sin mancharnos de sangre en cada página.
Carmen Juncos
[email protected]
A golpes de recuerdos
Leopoldo Brizuela, escritor argentino Premio Alfaguara 2012, habla con Magazine sobre su libro y la democracia en Latinoamérica
Un recuerdo desencadena en un escritor la urgente necesidad de contestarse a sí mismo profundos interrogantes. Lo ocurrido un día durante su niñez, en una casa de la Argentina de 1976, de algún modo se repite en ese mismo lugar, en acontecimientos distintos del presente, pero de connotaciones igualmente inquietantes.
Escribir se vuelve entonces una tabla de salvación que permite rememorar lo mismo, pero descubriendo cada vez cosas distintas, pudiendo avanzar en una toma de conciencia indispensable.
Este es el original camino elegido por Leopoldo Brizuela, joven escritor argentino ganador del Premio Alfaguara de Novela 2012, para contarnos esta historia cargada de misterio, de intimidad, de brutalidad política, de dolor y descubrimiento.
Al preguntarle a Brizuela sobre su visión de la actual América Latina, responde que nos unen grandes similitudes pero que hay también muchas diferencias. Sin embargo, dice, “creo que en muchos países de la región se ha consolidado la democracia, la institucionalidad, como para que ya la gente no permita nunca más la repetición de hechos como los que se narran en esta novela”.
En ella, un niño ha sido testigo de hechos terribles pero, afirma el autor, “lo importante no es lo que el chico ve, sino lo que a partir de ese momento entiende, lo que deduce, para siempre, y cómo cambia su vida”.
Con estilo original no solo por la estructura misma de la novela sino por la forma de narrar, Brizuela plasma en una obra hechos dolorosos que su generación debe “digerir”, entender y superar al mismo tiempo que entretiene al lector mediante un thriller escalofriante que estremece sin mancharnos de sangre en cada página.
Carmen Juncos
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