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FORO DE LECTORES


Retos para Costa Rica de nuestra nueva normalidad

Juan Ignacio González Arias [email protected] | Viernes 22 mayo, 2020

Juan Ignacio

Vivimos en tiempos que hace tres meses no nos imaginábamos. Estamos teniendo que redefinir nuestros estilos de vida, replantear nuestros trabajos, restructurar nuestros negocios, y repensar nuestro futuro como personas y como país. Los retos que nos plantea el COVID-19, la geopolítica mundial y la competitividad de Costa Rica son enormes, y debemos tener absoluta claridad de donde estamos parados y hacia donde queremos ir.

La pandemia que nos ha tumbado evidencia desigualdades que hace tiempo Costa Rica pudo haber evitado. Si bien en materia de salud y manejo sanitario estamos dando el ejemplo al mundo, gracias a nuestra decisión como país de renunciar al ejército hace setenta años e invertir estos recursos en salud y educación, es precisamente en educación donde estas desigualdades hoy día nos pasan factura. Costa Rica se está polarizando entre los que tienen o no acceso a Internet, equipo de computo, privacidad de espacio y buena alimentación para aprovechar la nueva realidad de la educación en línea tanto en escuelas, colegios y universidades. Nuestro sistema de educación público está teniendo que correr para implementar cursos en línea, lo que ensancha la brecha entre la educación pública y privada. Adicionalmente, la deficiente capacidad de ejecución del estado costarricense en la inversión de recursos públicos para la conectividad nacional deja en evidencia a Fonatel y el sesgo ideológico que nuestro paternalismo estatal mantiene sobre nuestra sociedad.

UNIÓN DE TODOS LOS SECTORES: CLAVE PARA EL ÉXITO

Nuestro principal socio comercial aceleró su viraje geopolítico hacia la desglobalización desde que Donald Trump asumió el poder, en noviembre 2016. Estados Unidos ha sido claro que la globalización ya no sirve a sus intereses, y que las cadenas de valor globales deben volver a sus países. La prioridad estadounidense de retornar fuentes de empleo a su población nos debe hacer reflexionar en Costa Rica sobre cuales son las bases de nuestra competitividad para generar nuestro propio empleo. Debemos transicionar de ser un país de empleados a convertirnos en un país de empleadores, y esto únicamente se logra a través del emprendedurismo con base en innovación, investigación y desarrollo científico y tecnológico creados en Costa Rica, y producto del trabajo en equipo entre la academia, sector privado y gobierno. ¡Cómo nos cuesta trabajar en equipo como país! Solamente superando la desconfianza y el egoísmo que nos inhibe trabajar juntos, podremos convertirnos en un país competitivo con base en el conocimiento.

El debate mundial actual entre confinar a la población en sus casas o reabrir la economía para evitar un deterioro económico de las personas y sus familias, nos lleva en Costa Rica a reflexionar sobre el estado de nuestras finanzas como país y la distribución del gasto estatal. El tsunami que hoy enfrentamos nos agarra con poca maniobrabilidad financiera dado a un alto déficit, una deuda pública elevada como porcentaje del PIB, y un gasto que parece ser poco flexible desde el punto de vista constitucional. Nos llegó la hora para redistribuir el gasto público para fomentar la investigación y desarrollo en el área de salud, aumentar los fondos disponibles para innovar en ciencia y tecnología, y reforzar el desarrollo de competencias laborales que le permitan a nuestra población especializarse y diferenciarse a nivel global por su conocimiento.

Si bien somos un país pequeño, y nos beneficiamos del comercio y la inversión internacional, tomemos medidas estratégicas que nos permita sobrellevar con creces tanto esta crisis como otras que vendrán en un futuro no muy lejano. El mundo cambia, y Costa Rica no debe ser la excepción.






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