Un gobierno competente en infraestructura
Leiner Vargas [email protected] | Miércoles 03 enero, 2018
Reflexiones
Un gobierno competente en infraestructura
Escribo esta serie de cinco columnas sobre un tema que considero debe valorarse al tomar la decisión este febrero próximo. Creo que muchos de los y las costarricenses que hoy en día están indecisos deben buscar elementos reales concretos que les permitan tomar su decisión, encontrando argumentos sólidos y no simplemente, el seguir las emociones o las versiones propagandísticas de los distintos grupos partidarios. Se trata de un momento importante en nuestra historia como país y debemos ser congruentes con elegir lo mejor de la oferta electoral existente.
Es simple, tenemos muchas formas de expresar nuestro enojo como pueblo, es común escuchar lo siguiente; “ya no soporto más las presas”, “estoy desesperado porque no llega el autobús a tiempo”, “tengo que levantarme hasta dos horas antes para llegar al trabajo y cuando llego, estoy cansado de pasar tanto tiempo en carretera”. “Ya mejor ni salgo con ese calor y el mal sistema de transporte público, pago un marchamo carísimo y las carreteras siguen igual”. Todas estas frases tienen un sitio y un problema en común, se llama desorden vial, la falta de infraestructura y sobre todo, captura regulatoria del sistema de transporte público y de los mecanismos de gestión de la obra pública.
Lo cierto es que todos coincidimos en este tema y sin embargo, las promesas de cambio o los intentos de reformas se quedan en el tintero. Soluciones son urgentes, no nuevas comisiones o peor aún, más instituciones. Enfrentarse a este problema tan serio, pasa por un gobierno competente en la planeación, construcción y regulación apropiada de la infraestructura pública. Se dice fácil, pero con tres o cuatro ministros de Transportes en cada gobierno, con bravuconadas o discursos vacíos, no se puede avanzar en este tema con seriedad. Se requiere claridad en la propuesta, pero sobre todo capacidad, liderazgo, negociación y decisión pública al más alto nivel.
Seguro que sí, se tendrán que derribar algunos mitos, desatar algunos nudos, resolver con visión país el eliminar los privilegios de algunos que han venido utilizando el Estado para enriquecerse sin dar soluciones. Un gobierno competente debe echar andar a de una vez por todas y sin excusas el tren, reorganizar el transporte público y sacar los autobuses de los centros de las ciudades, sectorizar con sentido común y poner orden regulatorio y tarifario ante los abusos, implementar los pagos electrónicos y favorecer un sistema transparente y ágil de concesión de obra pública. No solo nos estamos matando en las calles por más accidentes, estamos muriendo lentamente de contaminación y estrés. Si aceptamos de nuevo que sean los transportistas quienes financien las campañas, que sean los gasolineros o los concesionarios de obra, quienes paguen los bonos de la deuda pública, estamos atados a la captura regulatoria. La base de la corrupción y del tráfico de influencias se debe detener en el proceso de campaña política, ya para luego es tarde.
El tema de la infraestructura pública requiere más recursos, pero sobre todo, requiere cambios institucionales y prácticas de Estado. Los costarricenses debemos empezar a decir sí a los ajustes y los cambios, aunque un pequeño grupo de interesados se oponga. Se requiere para eso un gobierno competente, coherente y que tenga claro el objetivo de resultados de corto y mediano plazo. No más excusas, no más promesas, respuestas claras y acciones concretas. Modernizar el tren sería un punto esencial para desatar el proceso de cambio, darle sentido a la reforma seria del MOPT para atender los grandes temas es urgente. No se puede seguir al ritmo de la tortuga cuando nuestros competidores van a la velocidad de una gacela, la infraestructura pública de este país no soporta un gobierno inoperante y negligente más.
El tercer componente de un gobierno competente es no llegar a aprender haciendo, se requiere que quienes acepten ser ministros o gerentes de las instituciones públicas tengan las competencias para ello. Sería bueno que los aspirantes nos contaran de antemano a quién y por qué pondrían a conducir este tema de la infraestructura pública, el nivel de prioridad que tendrá en el futuro gobierno y sobre todo, cuáles son las acciones prioritarias que realizarán. Favor entender que no procede el argumento de formar comisiones o inventar nuevas instituciones para resolver lo que no hacen otras, favor eliminar el término diagnóstico de los discursos, ya tenemos suficientes, favor dejar de decir que vamos a estudiar el tema o vamos a mejorar la eficiencia y la eficacia, sin decir, cómo, dónde y en cuál sentido serán dichos cambios. Ya los costarricenses estamos cansados de cambios para no cambiar, de propuestas huecas al calor de la cimarrona y la comparsa, ya no comemos cuento, requerimos un gobierno competente.
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