Un reto emocionante

“La intuición, que está en el inconsciente, es una fuente de conocimiento mayor que la razón”, dijo Eduardo Punset en 2011.

El jurista, escritor, economista y divulgador científico (1936 – 2019) que muchas personas conocieron a través de su programa “Redes” difundido por RTV, la televisión española, viajaba por el mundo entrevistando a algunos Premio Nobel, científicos, psiquiatras, sociólogos, educadores, astrofísicos, entre otros.

Una vez que encontraba respuesta a lo que lo había llevado a realizar la entrevista previo estudio del tema, se encargaba de contarla de modo sumamente comprensible y entretenido.

Sus conclusiones, así como las de otros expertos que coinciden con él, vale la pena recordarlas en la coyuntura actual: una crisis sin precedentes para la humanidad de hoy.

En el país, nuestros estudiantes ya habían experimentado no recibir clases por una larga huelga de docentes el año anterior. Ahora, la pandemia del COVID-19 los obliga a recibir clases por medio de internet.

“No nos han enseñado a trabajar cooperativamente, sino competitivamente. Ahora, además, debemos aprender a gestionar nuestras emociones desde la infancia.

Una tarea del sistema educativo y de la familia, porque ya se sabe que la gente toma decisiones de manera inconsciente”, agrega Punset.

El cerebro procesa de manera inconsciente las emociones, según demuestra un estudio.

El trabajo confirma que razón y emoción se combinan en la vida cotidiana de forma constante e inconsciente, tal como lo asegura Manuel Martín Loeches, profesor de Psicobiología de la Universidad Complutense de Madrid y coordinador de la sección de Neurociencia del centro que ha llevado a cabo el estudio.

“El aprendizaje tiene relación directa no solo con la memoria, sino fundamentalmente con los estímulos emocionales, de los que depende qué y con qué profundidad se aprende.

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El aprendizaje inicia en el hipocampo y amígdala, que colaboran en la evaluación de los estímulos emocionales. Las estrategias didácticas que se utilizan en el aula tienen la capacidad de favorecer el aprendizaje de los estudiantes o de impedirlo, en función de la gestión de las emociones que el

maestro realice”, afirman Verónica Benavidez y Ramón Flores, de la Rev. Estud. de Psicología UCR, 14(1) 2019, en el estudio titulado “La importancia de las emociones para la neurodidáctica”.

Es necesario entonces hacernos una pregunta que va más allá. ¿Cuál será la estrategia a utilizar por parte de los docentes para los procesos de enseñanza – aprendizaje, a fin de enseñar a comprender y gestionar las emociones, vía internet?

Debiéramos tener confianza en la tecnología, dijo Punset. También expresó que “cada vez que hay una crisis, la manada se vale de los jóvenes y utiliza a los mayores para comunicar y para aprovechar su experiencia”.

Por otro lado, desde hace bastante tiempo, muchos estudiantes abandonan las aulas por diversos motivos. Uno de ellos, porque se aburren mucho y no les interesa lo que les tratan de enseñar.

“El paradigma de la educación racional, centrada en el aprendizaje de contenidos, ignorando las dimensiones no académicas de los y las estudiantes, particularmente las emociones, ha mostrado su agotamiento.

Debemos tener claro que no se aprende lo que no se quiere aprender, no se aprende aquello que no motiva, y si algo no motiva se debe a que no genera emociones positivas que impulsen a la acción en esa dirección”, expresó José Ángel García Retana, Universidad de Costa Rica, Sede Guanacaste.

Sin duda, un reto enorme y emocionante.