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INVERSIONISTA


Incentivar la salida de empleados públicos, herramienta prioritaria contra el déficit

Fabio Parreaguirre [email protected] | Lunes 11 septiembre, 2017


Foto con fines ilustrativos. Shutterstock/La República


Los empleados públicos crecieron un 15% en un año a junio pasado, mientras los privados solo crecieron menos de un 1%, lo cual debería ser lo contrario ante la problemática fiscal.
Con esto ya son más de 300 mil los empleados que están en el sector público, que a junio de 2016 eran 40 mil menos que ahora.
Por esto se necesita una herramienta para cortar el déficit, y utilizar un programa de Movilidad Laboral sería una buena opción, según varios especialistas.
La movilidad laboral es el concepto mediante el cual el Estado ofrece a sus empleados una compensación por la renuncia (por encima de lo normal) para que no formen más parte de la nómina del gobierno.
Esto ayudaría a cortar el déficit, pero también para quitar ineficiencia e ineficacia, por lo que se justificaría para poder ejecutar un proceso de movilidad laboral y dejar de lado a un estado paternalista con más de 300 mil funcionarios públicos y cerca de 240 instituciones (sin contar municipalidades).

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¿Por qué queremos reducir los empleados públicos?
La cantidad de funcionarios públicos aumenta todos los años, del segundo trimestre del año pasado a este, hay un aumento de casi 40 mil nuevos puestos (incluye todo el sector público), lo que en tiempos de premura fiscal pareciera ser un error mayúsculo. 
En términos porcentuales, en ese periodo, el sector público creció en un 15%, mientras que el sector privado no aumentó su nómina en más de un 1%.
El gasto público crece más rápido que los ingresos desde 2009 en el país y uno de los disparadores de esto es la creciente factura que se paga por los salarios y beneficios que solo los funcionarios públicos tienen. 
Por esto, propiciar la salida de empleados del sector público, con miras a disminuir la planilla estatal, sería una buena acción. En especial si se logra rebajar hasta números que ayuden a reducir el presupuesto nacional de forma considerable; según varios especialistas debe ser unos 100 mil puestos.
Uno de los problemas que tiene este tipo de programas, es que en la mayoría de las ocasiones, quienes se acogen a esta salida, son los “mejores” profesionales, ya que rápidamente consiguen buenas ofertas laborales en el sector público.

¿Qué fue lo que pasó a inicios de los 90?
A finales de los años 80 se consideró que el Estado había crecido en forma desordenada generando un aparato de grandes proporciones, ineficiente y costoso, que constituía un gran peso para la economía nacional.
Se empezó a gestar un proceso de reestructuración económica que implicó un cambio profundo en la administración pública, promovido en aquel entonces por los Programas de Ajuste Estructural y el Fondo Monetario Internacional.
El plan de movilidad laboral se puso en marcha a partir del primer año de gobierno de la administración Calderón Fournier (1990).

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¿Cómo se ejecutó el plan laboral?
En 1990 se inicia el Plan de Movilidad Laboral, y surge inicialmente como una opción voluntaria para los empleados públicos.
Al inicio fueron pocos los que se acogieron al plan, pero luego de tres meses de movilidad, cerca de 5 mil ya estaban fuera de la planilla del Estado.
Con ese proyecto en marcha, el Gobierno asumió el compromiso de cancelar las prestaciones en forma inmediata a todos los funcionarios que quisieran acogerse a dicho plan.
Como parte de los incentivos otorgados a los funcionarios para motivarlos a acogerse a la movilidad, se ofrecía ampliar el periodo de pago de prestaciones legales de ocho a 12 años, lo que significó el 50% de incremento.
Se podía recibir una bonificación o incentivo (de hasta cuatro mensualidades de salario promedio de los últimos seis meses efectivamente laborados).
Asimismo, existía la condición de que al asumir el plan no podrían ocupar ningún tipo de puesto público durante un lapso de siete años a partir de su renuncia.
Era el jerarca de cada institución quien analizaría las condiciones propias del servicio, la posibilidad, y procedencia de prescindir del puesto, así como también la conveniencia y la oportunidad de autorizar la aplicación de dicho beneficio.


 


Cantidad de entidades públicas


Este es el número que en la página del Ministerio de Planificación se tiene de las entidades públicas que contamos en nuestro país, la pregunta que nos tenemos que hacer es: ¿Son necesarias todas estas?

Entidades Cantidad
Ministerios 18
Órganos adscritos a ministerios 80
Instituciones autónomas 35
Adscritas a autónomas 13
Instituciones semiautónomas 8
Municipalidades 89
Empresas públicas estatales 21
Empresas públicas no estatales 6
Ente público no estatal 50
Otros 10
Total 330

Lo vivieron y piensan que es una buena opción


Tanto Fernando Naranjo, exministro de Hacienda del gobierno de Óscar Arias (1986-1990), quien comenzó las conversaciones para ejecutar la movilidad laboral, como Thelmo Vargas, exministro de Hacienda del gobierno de Rafael Ángel Calderón (1990-1994), que inició la ejecución del plan, piensan que es una buena y necesaria herramienta para controlar el creciente déficit fiscal.

Thelmo Vargas

Exministro
Ministerio de Hacienda

Debe volver a plantearse como medida

El esquema de movilidad laboral debería volver a plantearse como medio para aplacar el déficit fiscal, cuyos costos (en aumento de deuda pública, carga de intereses, reducción de recursos para otros menesteres, estrujamiento del crédito al sector privado, aumento riesgo país y elevación de tasas de interés, etc.) es tan alto. Claro que para eso se requiere visión y determinación política.
El sector público es gran empleador y las partidas de salarios (pago al empleo de hoy), cargas sociales (pago por empleo) y pensiones (pago por el trabajo pasado) influyen en el nivel de gasto público sin que siempre haya una correspondencia con la calidad y el nivel de servicio ofrecido a la colectividad.
Conscientes de que en esto podía mediar “grasa” a principios de 1990 el gobierno tomó la decisión de iniciar un plan de movilidad laboral voluntario, por el que se daba un pequeño estímulo a quienes dejaran sus cargos en el sector público y con la condición de que no se llenaran. Eso procuraba un ahorro que ayudaba a paliar un déficit fiscal que en forma pasiva se estimó en un 7,5% del PIB.
La movilidad laboral rinde sus mejores frutos en dependencias con gran cantidad de empleados, como es el caso del sector educación, pues ahí se pueden dar reacomodos sin afectar necesariamente el servicio.
Es un hecho que la tasa de nacimientos ha venido en disminución en el país y eso debería reflejarse en una menor necesidad de crear plazas en el sector educativo, por ejemplo.
También, los notables avances en las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC) deberían ayudar a realizar automáticamente labores que antes se hacían a mano, lo cual debería traducirse en ahorro en mano de obra. Pero eso no se ve en el Gobierno, porque no hay interés en la burocracia en ahorrarles plata a los pagadores de impuestos.

Fernando Naranjo

Exministro
Ministerio de Hacienda

Hay que reducir el tamaño del sector público y hacerlo eficiente

Creo que es necesario reducir el tamaño del sector público, hacerlo más eficiente, considero que se puede hacer lo mismo con menos cantidad de personas y menos gasto.
Creo que es un momento muy oportuno para empezar a pensar que necesitamos disminuir más algunas áreas del accionar del sector público.
No voy a entrar en detalles de cuál es el rol algunas instituciones, como el CNP, el IFAM, o esa duplicación o triplicación en el ámbito social de las instituciones que uno siempre se pregunta, ¿qué es lo que están haciendo?
Ningún gobierno, de forma seria, le ha entrado al problema del empleo público, entonces estamos vegetando, por esto es que viene una gran parte del problema de la crisis.
Cuando el Presidente dice que el presupuesto es rígido, inflexible, claro que lo es porque lo queremos hacer así, la planilla es muy alta en el gobierno, y con ese montón de incentivos impide reducir en la práctica el montón de empleados, ya que nadie quiere irse.
No puede ser que el empleo en el sector público creció un 15% en tan solo un año, contra menos del 1% en el sector privado que es el 80% de la economía nacional.
Se crearon 40 mil nuevos puestos en el sector público, entonces por ejemplo Óscar Arias creó muchos puestos en medio de una crisis económica internacional, y se le criticó mucho, pero este gobierno está haciendo lo mismo sin que haya crisis, incluso se podría decir que agravando la crisis fiscal.
La tasa de desempleo bajó en el último año, pero bajó gracias a ese empleo público, no por el privado.
De lo que recuerdo en aquel entonces se establecieron unos mecanismos de movilidad laboral que lo que significaba era facilitarles a los empleados públicos dejar instituciones del Estado para que dedicaran a actividades privadas.


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