Trump o Biden, ¿quién nos favorece?: Fernando Naranjo

Fernando Naranjo Villalobos

Exministro de Relaciones Exteriores

Costa Rica

El próximo 3 de noviembre, se realizará la elección para un nuevo Presidente de los Estados Unidos, entre el actual mandatario, Donald Trump, y el Ex -Vicepresidente, Joseph Biden.

La gran mayoría de los analistas creen que será un proceso electoral muy cerrado, sin que se vea, todavía, un claro ganador.

Sin embargo, en las últimas encuestas pareciera que el señor Biden tiene una ventaja, tanto en el voto popular como en los miembros que se elegirán para integrar el Colegio Electoral.

Para el mundo, América Latina y nuestro país, esta es una elección que reviste una importancia muy especial; sin duda alguna, en el mundo occidental, los Estados Unidos seguirán teniendo un liderazgo muy importante.

Las críticas han sido muy fuertes en torno a la gestión del Presidente Trump y la falta de liderazgo, como la gran mayoría de los habitantes del orbe estábamos esperando.

América Latina ha dejado de ser, durante la última administración norteamericana, un punto central en su política exterior.

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Todavía más al margen se encuentra nuestra pequeña región centroamericana.

Considero que no habrá un viraje importante en la política exterior norteamericana independientemente de cuál de los dos candidatos resulte electo.

Sin embargo, si el Presidente Trump fuera reelegido y continuara su política de enfrentamiento comercial con China, ese sería un factor que puede aprovechar un pequeño país como Costa Rica con inteligencia, astucia y decisión.

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Me explico. De continuar y profundizar la guerra comercial entre ambas naciones es posible que inversiones de los Estados Unidos y de otros países que podrían ir a ubicarse en China, busquen un nuevo alero.

Es por ello por lo que Costa Rica puede aprovechar su posición geográfica, su régimen democrático, el estado de derecho que prevalece en nuestro país y, especialmente, los recursos humanos con que contamos, para atraer más inversiones extranjeras a nuestro país.

Para ello, se requiere una política de atracción de inversiones muy diferente a lo que hemos hecho en los últimos años.

Deberíamos volver a tener una política económica más agresiva y audaz, como la que Costa Rica impulsó hace casi 40 años, en la década de los ochenta con la formación del Ministerio de Comercio Exterior y especialmente, la creación y primeros pasos de CINDE, institución que me tocó fundar y del cual fui su primer Gerente General.

Buscando inversiones que signifiquen un cambio importante en el desarrollo económico de Costa Rica y aprovechando la coyuntura del enfrentamiento de las dos grandes potencias económicas del mundo, Costa Rica podría salir favorecida.

Para ello, se requiere un cambio radical respecto a la actitud pasiva de hoy para ir a una política de atracción de inversiones muchísimo más agresiva y productiva que la hoy en día tenemos.